La lectura en voz alta de estos textos fue utilizada en otros momentos en el espacio escolar, pues suponía una actividad que desarrollaba la capacidad de abstracción, de atención, la agilidad mental, la concentración e incrementaba la capacidad verbal imprescindible para un desarrollo integral del individuo. A pesar de su evidente utilidad en el ámbito pedagógico la lectura de teatro ha sido apartada de las aulas en los últimos tiempos. Afortunadamente esto no ha significado la expulsión de las artes escénicas del terreno pedagógico. El recurrido Taller de Teatro parece haberse generalizado y las nuevas generaciones de educadores y maestros han apostado por el valor de las tablas a la hora de conformar la personalidad de los futuros ciudadanos.

    Los jóvenes actores se entregan al placer del teatro a la vez que desarrollan sus capacidades intelectuales gracias al refuerzo de la seguridad en uno mismo que se alcanza sobre el escenario, al aprendizaje de textos que, como hemos apuntado anteriormente, ejercita y estimula el intelecto, al aumento del racionamiento verbal, de la capacidad de comprensión del pensamiento abstracto, de interacción con el entorno y gracias al fomento de la imaginación que el joven precisa para meterse en la piel de un personaje y experimentar los sentimientos de otra persona. Son tantos y tan importantes los beneficios que los adolescentes consiguen alcanzar mediante la interpretación que las nuevas generaciones de educadores han optado por apostar por la representación de obras como la mejor manera de conectar a los alumnos con la realidad de la sociedad que les rodea y que muchas veces les es ajena.

    Por su parte en el mundo anglosajón, especialmente en EEUU, el teatro juvenil ha sido un instrumento fundamental en la educación de muchachas y muchachos. Más que para la adquisición de conocimientos literarios, el teatro ha servido para la educación integral y para el desarrollo del individuo. Se ha demostrado una herramienta imprescindible para el tratamiento de los problemas propios del adolescente y de sus consecuencias sociales tanto en el entorno familiar, como en el escolar o en el de la comunidad a la que pertenece. Es muy común que adolescentes con dificultades de integración o jóvenes de ambientes deprimidos o con familias desestructuradas sean conminados a participar en campamentos de teatro con el fin de superar las dificultades de su vida cotidiana, proporcionándoles, mediante piezas teatrales que tratan específicamente sus inquietudes, herramientas eficaces para enfrentar el duro paso de la adolescencia a la vida adulta.