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Teatro leído o lectura dramatizada

Por Mila Oya


    El teatro, para muchos amantes de la literatura, puede resultar una lectura tan interesante y entretenida como, por ejemplo, la novela, pues contiene los ingredientes necesarios para atraer la atención del lector, involucrarlo en la trama y transmitirle la fuerza de los sentimientos plasmados por el autor.

    A pesar de ello, en esta sección trataremos una forma diferente de leer el teatro: la lectura dramatizada o también llamada lectura expresiva.
    La lectura dramatizada se refiere a una lectura en voz alta que implica a tantos lectores como personajes cuente el guión teatral elegido para la ocasión. Los parlamentos deben realizarse intentado reproducir con la voz y también con la expresión facial y corporal, las emociones y sentimientos experimentados por los personajes de la obra que el autor ha materializado en el guión.

    La lectura dramatizada se distingue de la dramatización en que en esta última el texto del guión se ha aprendido de memoria. Sin embargo, la lectura expresiva que nos ocupa, se realiza papel en mano y no es necesaria la memorización de los parlamentos, lo cual facilita en gran medida la actividad.

    Aunque es cierto que la lectura dramatizada es una herramienta imprescindible como medio de preparación de una representación teatral, también se puede y se debe considerar un fin en si misma, tanto en el ámbito educativo como en el de el teatro aficionado.

    En el entorno educativo la lectura en voz alta de textos teatrales resulta un instrumento de gran utilidad y eficacia a la hora de estimular el gusto por la lectura de los jóvenes. Pero el valor de esta actividad escolar va mucho más allá, pues fomenta la comunicación, no solo entre los que ponen voz a los parlamentos de los actores, sino también entre los jóvenes espectadores que reciben la emoción del texto y la experimentan en primera persona. La exploración del hecho teatral es una actividad enriquecedora tanto en técnicas lectoras, como en crecimiento personal y cohesión de los muchadhos involucrados, actores y público. Favorece la adquisición de vocabulario, la comprensión verbal, la modulación de la voz, vocalización y entonación y en resumen contribuye al desarrollo integral del alumno.

    Para la mayoría de los grupos de teatro aficionado la lectura dramatizada no representa novedad alguna, ya que como hemos dicho anteriormente, resulta fundamental como medio para llevar a cabo la representación teatral del guión. Sin embargo, todavía es nueva la corriente que eleva de categoría a la lectura expresiva, convirtiéndola en un fin en si misma, sacándola de los locales de ensayo y presentándola al público en forma de recital. No es únicamente una alternativa interesante en tiempos de crisis a causa de los mínimos medios necesarios para llevarla a cabo. El hecho de que la lectura se recite con mayor cercanía física a los espectadores y que la imaginación resulte fundamental a la hora de transmisión de sentimientos y emociones, convierte a las lecturas dramatizadas en una experiencia intensa y vibrante tanto para lectores como para el público del recital.

    Para poner en práctica una lectura dramatizada es preciso la selección del texto idóneo, además, por supuesto, un estudio y conocimiento previo profundo del mismo que ayude a transmitir la fuerza de los sentimientos plasmados en la pieza teatral.

    La lectura dramatizada o expresiva es una actividad altamente recomendable tanto en la escuela como en los grupos de teatro aficionado y deseamos que se extienda y que se generalice entre todos los amantes del teatro.

¿Qué pasa con Chejov? por Mila Oya

El ebook teatral ¿Qué pasa con Chejov? es doblemente adecuado para una lectura dramatizada, porque los mismos personajes de la obra llevan a cabo la primera lectura de la obra papel en mano. Son jóvenes estudiantes que se preparan para representar un relato del dramaturgo ruso, Chejov. Por ello, a la vez que conocemos la historia escogida, nos enteramos también de las impresiones y opiniones de los protagonistas sobre la trama y sus implicaciones.
La lectura dramatizada resulta muy interesante y fácil para los alumnos que no se sienten presionados por la obligatoriedad de la memorización de una representación común. Por eso es un recurso importante en el aula que nos ayuda a proponer temas de reflexión diferentes y necesarios en el ámbito educativo.


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