¿Sabías que...?
Por el nombre de Basilisco conocemos en la actualidad a diversos lagartos del género Basiliscus, al
que pertenecen varias especies que habitan en América Central y cuyo límite
septentrional de difusión es la mitad sur de México.
También se llama Basilisco a un animal inventado, mitógico, que se decía que tenía cuernos de serpiente, patas de gallo, alas
espinosas y cola en forma de lanza. Era considerado como el rey de las serpientes y se
le atribuía la propiedad de matar con la mirada.
Pero los Basilisco de verdad es un lagarto de tronco comprimido y
alargado, dedos y cola largos y delgados.
Viven en las orillas de pequeños
ríos o arroyos, donde retozan durante el día, y duermen por la noche sobre los arbustos
que tienden sus ramas por encima del agua.
Los machos suelen estar adornados con
grandes crestas..
La velocidad es su principal aliado para capturar las presas (insectos, pequeños
roedores o pájaros) y para escapar de los enemigos.
Si durante la fuga se encuentran
con una corriente de agua, corren por la superficie de ésta gracias a los lóbulos
dérmicos de que están provistas sus patas posteriores, lo cual aumenta la superficie de
apoyo.
En algunas regiones se les denomina “tetetereches”, onomatopeya que alude al
sonido que producen al correr sobre el agua. Otra denominación es la de “lagarto de
Jesucristo” por su habilidad para “andar sobre el agua” Sin embargo, al decrecer su
velocidad, el basilisco se hunde y tiene que nadar del modo normal de cualquier otro
lagarto.
De todos los miembros de este género, el más grande y vistoso es el raro basilisco
crestado verde, Basiliscus plumbifrons, de Costa Rica. El macho lleva en la cabeza una
gran cresta ornamental, otra en el dorso y otra en la cola.
La utilidad de estas crestas,
como no sea la de intimidar a otros machos, se desconoce.
Los basiliscos se incuban en huevos casi redondos de unos 2 cm, que pueden ser
blancos o pardos y que la hembra entierra en arena húmeda cerca de las orillas. La
incubación dura de 18 a 30 días (normalmente 20-24) y las diminutas crías son una
réplica exacta de los adultos, excepto en que carecen de crestas.
Los basiliscos suelen
ser parduscos, con franjas o con un moteado de color blanco o amarillo. En las crías
son pardas con sólo un ligero tinte verdoso que varía a tonos más claros en el cuello y
los costados. Se vuelven verdes al alcanzar un tercio del tamaño adulto y los machos
empiezan a tener cresta una vez alcanzados los dos tercios.
El basilisco de franjas, Basiliscus, vittatus, adopta una coloración variable. Es castaño
oscuro durante el día pero cuando descansa por la noche sobre las ramas asomadas a
las aguas, las bandas laterales se vuelven de un amarillo vivo o blancas.En cautividad,
el basilisco parece perder la facultad de cambiar de color entre el día y la noche. No se
han observado tales cambios cromáticos en el basilisco verde cautivo, que parece
ostentar un vivo verde en todo momento
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