Érase que se era un bastoncito rayado con abrigo de lana con un cocodrilo bordado. Fue el día de Navidad vigilando el supermercado cuando una sombra vio huyendo con objetos robados. El bastoncito se afanó por identificar al fugado, pero por más vueltas que le dio no lo dio identificado. Siguiendo la pista llegó a un cuarto bien amueblado. El abrigo se sacó, en la pared se colgó y se hizo el despistado. A un lado y al otro miró. A todos fue investigando, pues en aquella habitación se hallaba lo que estaba buscando. Pero muy bien se camufló el ladrón del supermercado, pues el bastón miró y miró y no consiguió encontrarlo. Quizás sea una bota roja, amarilla, azul o verde o ese gato extraño que se halla ahí enfrente El bastón no descasaba, continuaba investigando y en la pared de la habitación permanece vigilando. |