El miedo es un sentimiento de desconfianza o una sensación de angustia que altera nuestro ánimo y nos hace pensar que un suceso desagradable o peligroso está a punto de suceder. Es pues una emoción primaria que implica reacciones tanto físicas como psíquicas en el ser vivo que la experimenta o padece. El miedo pone a prueba al ser humano en su totalidad, provocándole una avalancha de emociones tan intensas que se convierte en un atractivo irresistible en el ámbito de la juventud. En esta etapa de la vida de construcción y afirmación, los jóvenes sienten una atracción intensa hacia todas las expresiones artísticas que traten el tema del miedo, utilizándolas como prueba o como ejercicio de conocimiento propio que en último término proporciona al joven gran satisfacción. Es por ello que también en las artes escénicas dedicadas a los jóvenes es un tema interesante sobre el cual podemos trabajar con el fin de favorecer el acercamiento al teatro al tiempo que proporcionamos emociones y diversión tanto a actores como al público.

Nueve en el autobús es una obra de suspense en la que nueve pasajeros se quedan atrapados por misteriosos motivos en un autobús y se verán abocados a un escalofriante viaje que pondrá a prueba no solo sus miedos sino también su manera de encarar la vida. Se sucederán los momentos de pánico y de tensión que forzará a los protagonistas a dar lo mejor de si mismos.

Una joven, que accede a su primer empleo, es trasladada por su empresa a un recóndito y estremecedor enclave de montaña donde los habitantes del pueblo viven sometidos a los oscuros e inconfesables intereses de una compañía minera que mantiene aterrorizada a toda la población. La joven tendrá que enfrentarse a un terrible misterio que pondrá a prueba sus nervios y los de los espectadores.

Esta obra juvenil que sucede la noche de Halloween es otro ejemplo de obra de misterio. Tres chicas y tres chicos cambian una divertida fiesta de disfraces la noche de difuntos por una terrorífica excursión nocturna al cementerio, llevados por motivos muy diferentes. Tal vez las muchachas se hayan dejado arrastrar por algún chico. Tal vez los chicos se hayan dejado arrastrar por miedo al ridículo. Sean cual sean los motivos, tendrán que compartir una fría y oscura noche con las tumbas del campo santo y con un aterrador fantasma que les hará pasar mucho miedo.