Según el diccionario de la Real Academia de la lengua española, el término teatro significa el arte de componer obras dramáticas o de representarlas y la palabra amateur hace referencia a aquel que practica o realiza una actividad de manera no profesional, es decir, sin necesidad de recibir remuneración ni de cumplir las obligaciones laborales, legales y fiscales a las que están sujetas todas las actividades profesionales en la sociedad en la que vivimos.
Nos alejamos pues de la concepción de aficionado como la de un diletante o la de un sujeto que no alcanza los niveles de perfección y conocimiento de un profesional y nos centramos en el significado etimológico de la palabra francesa “amateur” que proviene del latín “amator” el que ama. Es pues el teatro aficionado aquel llevado a cabo por verdaderos amantes del arte escénico que no buscan en la actividad dramática un medio de vida sino un modo de desarrollo personal y de desenvolvimiento de sus necesidades de expresión y ocio.
El teatro amateur representa una oferta de expresión y de comunicación social abierta, pues el aficionado es al tiempo público y actor y su interacción con las necesidades de la audiencia siempre son estrechas e íntimas. Enmarcado en el ámbito del ocio requiere por ello tiempo libre que de acceso al aficionado a un espacio temporal dedicado al desarrollo personal de su expresión sentimental, corporal e imaginativa que entronca con la importancia de las relaciones sociales con el entorno y con las circunstancias características de la sociedad en la que se desarrolla. Podemos hablar del teatro amateur como de una de las más eficientes formas de democratización de la cultura y de cohesión social, donde el interés del actor y del público se confunden y la necesidad de transmisión de sentimientos, problemáticas humanas e injusticias sociales se manifiestan por encima del interés económico y refuerzan su valor social.
Muchas son las dificultades para clasificar los diferentes tipos de teatro aficionado debido al origen diverso de los grupos asociativos. La sociedad civil reconoce el valor de la práctica de las artes escénicas para el desarrollo individual y para la cohesión social y por este motivo, desde distintos ámbitos, se crean asociaciones con el fin de promover estas prácticas artísticas. Asociaciones de vecinos, profesionales, religiosas, colegios, universidades y grupos heterogéneos de adultos amantes del teatro comparten la pasión por las artes escénicas y se lanzan con ilusión a la creación artística topándose con diferentes dificultades dependiendo del tipo de asociación y de los fines de las mismas. Porque no es lo mismo un grupo de teatro alternativo y reivindicativo que en algunos casos puede entrar en conflicto con el teatro profesional por los circuitos por los que se desenvuelve, que el teatro realizado en el ámbito escolar cuyo último fin es educar, socializar, fomentar la afición al teatro y desarrollar la personalidad del alumno y el pensamiento crítico.
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